Édgar Saavedra: “considero que la poesía es un oficio, felizmente y casi siempre, póstumo.”
CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"
Por Víctor Coral.
-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... De tenerla, ¿cuál es la tuya?
El descubrimiento de la poesía, pienso, es el descubrimiento o, por lo menos, la intuición de la vida. De niños todos tenemos ciertas capacidades de aprehensión de algo más elevado y más simple. Más o menos lo que lleva a Huxley a cuestionar que un adulto, a diferencia de un niño, no osaría preguntarse "por qué las piedras preciosas son preciosas", por ejemplo. Porque vivimos en una sociedad que aniquila (sobre todo en la urbe) la inocencia, lo que también me remite, queriéndolo o no, a Pellegrini. Aunque me produce cierto rubor hablar de mí, sospecho que como a muchos, el encuentro con la poesía se da por el natural deslumbramiento de las primeras lecturas, y también de las canciones. Los primeros poemas que leí y que me perturbaron hermosamente fueron los que encontré en algún libro que el Estado repartía en las escuelas rurales, como era la mía: de Mario Florian, de Corcuera, de Lorca, entre otros.
-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.
Empecé a leer poesía con voracidad en los años universitarios. Con dos amigos, Carlos Estela y José Ignacio Padilla, con quienes compartía chelas y lecturas, decidimos editar una revista para publicar cosas que nos gustaban. Esta revista se llamó More Ferarum. Allí publicamos nuestros escritos y los de otros coetáneos, pero también temas y autores que nos interesaban en ese momento: Moro, Eielson. Queríamos editar nuestros textos. Surgió la idea de un sello editorial: Signo Lotófago. De naturaleza ilegal, obviamente, porque, además, la mayoría de libros que se editaban en esa época nos parecían muy feos. Conocimos felizmente en la Calle Caylloma del centro de Lima a Rodo Loyola y con él editamos nuestras primeras publicaciones. Luego él fue quien diseñó los libros de la mayoría de editoriales independientes de entonces y hasta ahora sigue haciendo cosas maravillosas. Mi primer libro, Final aún (2000), creo que tiene esa atmósfera: de lecturas y vida.
-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?
Soy indiferente a los concursos de poesía. No he participado. No sé si algún día lo haga. Sin embargo, bacán por quien lo gana. Tampoco considero que este oficio sea una carrea de caballos o de perros. Pero es innegable que la "carrera poética", el autobombo, también están allí: "allá ellos...". Quien insiste en apostar por ello, bien podría explorar su talento para los negocios, porque calcula sobre quién escribir, a quién excluir, hasta con quién pelearse, etc. Lo dejo ahí.
-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?
Creo que ese asunto del desplazamiento de la tendencia española por la anglosajona ya suena un poco lejano. Actualmente, hay exceso de información de todas las tendencias. Y casi no sé cuál es la nueva moda: lo coloquial, lo pop, lo conceptual... no son nada nuevos. En esta época, donde el sistema fagocita todo, también todo se relativiza. He podido notar que en México, sobre todo, (quizá por la cercanía con EE. UU.), hay varios poetas que trabajan poesía de tendencia documental, investigativa, que ofrece más bien lecturas de carácter coyuntural, político.
Por lo demás, en poesía, no creo que la novedad sea un valor.
-Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?
Los poetas ya no son importantes. Nunca le preguntan a un poeta sobre situaciones que pasan en el mundo, un poeta no es líder de opinión, tampoco candidato a presidente de una república. Creo que un poeta se lee mejor cuando muere. Por eso mismo considero que la poesía es un oficio, felizmente y casi siempre, póstumo.
-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?
La poesía inicialmente surge vinculada con la música y el canto. María Zambrano explica muy bien que filosofía y poesía nacieron hermanadas. No me interesa la pureza de la poesía ni tampoco separar los géneros. Arguedas en la mayoría de su obra es poeta y también lo es Jaime Saenz. Roberto Piva y sus patas llamaban a los concretistas, en plan de burla, "poetas inteligentes".
-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?
Me parece necesario que todo escritor (poeta, narrador) o incluso todo artista, tenga una reflexión clara sobre su oficio y sobre su escritura; así, su obra será más consecuente y más honesta. Por otro lado, hay algunos que logran concretar esa reflexión en parte indesligable de su obra. Particularmente, me declaro lector agradecido de este tipo de textos, como por ejemplo de los ensayos de Reynaldo Jiménez, Andrés Ajens, entre otros.
Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?
Como ya lo mencioné, el exceso de información está siendo nocivo en todos los aspectos, no tendría por qué no serlo en poesía. Me interesa más bien el diálogo con algunos amigos, muy pocos, en realidad, más allá de cualquier mezquindad. La poesía debe ser siempre una puerta abierta a lo que no se puede ver impunemente.
-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?
Mis procesos creativos no son muy metódicos. Tampoco encuentro sentido en escribir tanto. Leo mucho, sí, y no solo poesía. La poesía tiene su propio tiempo; mientras tanto, no quiero olvidarme de contemplar, de conocer, de vivir. Creo que se precisa aprender más de los animales y los árboles que de los libros.
-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?
La poesía es experiencia, por tanto, no podría escribir sobre lo que no sé o no he experimentado. Me parece fofa y aburrida la poesía cuyas referencias sean solo los libros. Los poemas existen antes de plasmarse en el papel. Hay ese algo de misterio, ese conocimiento que se ignora y que finalmente deviene en poema.