Enrique Winter: “La poesía siempre ha sido mutante y metaliteraria, pues reflexiona sobre sí misma; además de sonora y visual.” 

06.07.2020

CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"

Por Víctor Coral.


-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... De tenerla, ¿cuál es la tuya?

Un deslumbramiento adolescente, veraniego y no correspondido, a cuya causante le escribí un poema. Abrí una represa que ya tenía los muros agrietados. Si bien me movieron la vergüenza y el amor, las imágenes se sucedieron unas a otras desentendiéndose de ella y de mí. Después no pude parar.

-¿Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro? ¿Publicaste poemas en revistas previamente?, ¿cómo lo financiaste?

Acumulaba libretas que pasaba al computador e imprimía en hojas reunidas como un largo libro. La portada fue mi último dibujo, la escritura ya iba a la par de lecturas alucinantes. Gané un concurso del colegio y fui finalista de otro nacional, cuyo premio era un taller con poetas como Floridor Pérez, que se rió al verme llegar con un archivador de mil páginas. Él me recibió al año siguiente en la beca de la Fundación Neruda. Yo entraba a estudiar Derecho, armé poemarios colectivos, aparecí en algunas revistas y Matías Cociña, compañero de la beca, me invitó a Ediciones del Temple. Tenía veinte años, me publicaron gratis Atar las naves y me quedé editando de igual manera a parte de mi generación.

-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?

Los concursos de poesía son un antídoto contra el poder, una oportunidad anónima para no someterse a quienes lo detentan y, aún así, dar a conocer las creaciones propias. Solía participar y dejé de hacerlo mientras recibía ingresos de otras actividades literarias. Ahora volví por un proyecto narrativo que excede los riesgos que toman las editoriales. Otra cosa es la carrera poética, que me parece triste. Envidio a quienes pueden dedicarse a sus oficios sin que los hagan competir.

-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?

Yo diría que la poesía española perdió mucho antes su preminencia en América Latina, con los poetas franceses del siglo XIX, y que fue desde aquí, como lo han notado otros, que la lengua volvió a tensarse alcanzando cierto esplendor que no tenía desde el siglo de oro. La respuesta está en la generación del 27, que es extraordinaria. Celebro que hoy se lea otra poesía inglesa y estadounidense, la que desde William Carlos Williams debatió a Pound y a Eliot, me refiero a Creeley, a Olson y a las dos madres de toda esa poesía quebrada: Emily Dickinson y Gertrude Stein. Si los clásicos que nombras pasaron del montaje a la yuxtaposición de imágenes, en ellas hay una conciencia de la poesía como todo lo que no es directamente comunicativo en la lengua.

-¿Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?

Acaba de morirse uno fundamental, Efraín Barquero. Redefinía los afectos y objetos cotidianos con una fuerza primigenia, telúrica. Elvira Hernández añade un tono seco que redobla el lirismo en épocas como estas, que no están para ser cantadas. Raúl Zurita amplía el dolor ya ancho del paisaje a través de las experiencias más íntimas. Como él en sus primeros libros, hay muchos que experimentan con nuestras formas limitadas de comprender la realidad, pienso en Carlos Cociña especialmente, en los desbordes sonoros de Verónica Zondek, y visuales de Víctor Hugo Díaz.

-En tu opinión, ¿cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria? ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?

La poesía es la crítica de la poesía. Es indispensable y, sin embargo, falta. Una poesía que no es crítica está condenada a repetir el estado de las cosas, y ya vemos cómo el actual orden oprime inhumanamente a las mayorías. Y también urge una crítica exterior a ella, que examine la resistencia de materiales y relacione nuestras vocalizaciones abriéndolas a otras.

-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc.?

Son todas búsquedas necesarias, aun si pasan gato por liebre. Creo en los diálogos populares y en sumar herramientas desde los desarrollos diferenciados de cada disciplina. La poesía siempre ha sido mutante y metaliteraria, pues reflexiona sobre sí misma; además de sonora y visual.

-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?

No veo la necesidad de decirle a nadie lo que es. Ya es hora de que todos sean quienes quieran, como siempre pudieron los privilegiados. Además, la poesía no se escribe para ser poeta, sería vergonzoso no porque suponga una ambición, sino por el contrario, una desesperanza, habida cuenta que la poesía antecede incluso a la creación del mundo.

-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?

Leo todos los días, un par de libros por semana, más de cien al año. Escribo cuando puedo y reconozco que el impulso depende del género. Las columnas de opinión y los poemas los derramo por urgencia, no resisto encerrar las ideas o versos que quizás calcen con lo percibido. Mientras tipeo aparecen otras evocaciones sensoriales, muchas inconscientes. El ritmo las desarrolla hiperrealistas o como actos fallidos, a la manera de los lapsus o los sueños. Después corrijo mejor de lo que creo escribir. Con la narrativa y los ensayos puedo ser más metódico y desdoblar, desde dentro de lo ya apuntado, las continuidades necesarias.

-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?

Apunto a mano en libretas y papeles sueltos hasta que necesito ver, sin mis tachados, el gris sobre el blanco de la página y me mudo al computador. Si ya está prendido y se me ocurre algo, tipeo de una vez. Los poemas se acumulan por meses, o años si estoy en otras traducciones y escrituras, pero cada vez que vuelvo siento que dialogan más entre sí, que los conceptos centrales de un nuevo libro se manifiestan o descartan solos. Ahora me surgen primero los versos, la unidad de sentido sobre algo que pensé, y ellos enmarcan las imágenes que empiezan a pedir fricción. Están cerquita, al aguaite.

-Si quieres puedes compartir un poema inédito.


LOS MONOS DE FERIA

trepados a lomo

de unicornios

metálicos

montaña arriba

entre calles a oscuras

pasillos

del país

donde las puertas cerradas

no dicen qué sucede

al otro lado

dos

bicicletas herméticas

decía

esas puertas pero

uno cae sobre los codos

y levanta como si nada

cae porque la bicicleta es una

cuando eran dos miraba la otra

se imaginaba un día

de carga

en los pedales

de la traductora

paracaidistas de una fiesta

dándolo todo en la pista

y quien regala el título

también dice

no importa

es mío

cuando uno lo roba

buscándolo

en el mapa mientras

en la avenida

otra de nosotras

ensancha

la nariz en punta hacia el árbol

floreciendo

y uno aprende

tarde las palabras

cuánto dicen

los ojos

grandes

pedaleando a raspados

de aquí y allá

semáforos

ahora se le ve

porque tiene

lo que no se veía cuando

no lo tenía

vico - Blog crítico
Todos los derechos reservados 2019
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar