Esteban Couto: “Hasta ahora, siento que es un gusto saber que Mario Montalbetti aún sigue con vida, ofreciéndonos más de su poesía encriptada, de un lenguaje exquisito y una temática compleja”
CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"
Por Víctor Coral.
-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... De tenerla, ¿cuál es la tuya?
Recuerdo que la primera vez que me invitaron a una tertulia literaria en Chimbote (donde nací y crecí hasta los 20 años), se comentó sobre una publicación de poesía que se estaba preparando para ese entonces. Era el año 2004, recién había cumplido 17 y mi profesor (connotado escritor del norte), Leonidas Delgado León, me invitó a participar de una de las reuniones del Grupo Literario Isla Blanca, fundado por el escritor Óscar Colchado Lucio, cuya hija, Patricia, casualmente se encontraba en la casa de Marco Cueva Benavides (donde se llevó a cabo la reúna). Las reuniones siempre se realizaban en casa de aquel reconocido escritor y médico de la ciudad que integraba el grupo, quien dejó este mundo en el año 2012. En ese momento y dado que Patricia escribía poesía, hablaron sobre la revista Marea, comentaron algunos poemas de ella y la felicitaron, puesto que viajaría a Alemania para radicar allá. Me encantó tanto el ambiente y los poemas leídos aquella noche que tuve la ilusión de escribir algún día como ellos. En ese tiempo yo empecé escribiendo cuentos y relatos, desconocía casi en su totalidad el lenguaje poético y las maromas que podía hacer uno con la palabra. Tiempo después acudí al taller de arte Palamenco de la Universidad Nacional del Santa, dirigido por Amarildo Obeso Sánchez (artista plástico porteño), donde conocí a gente maravillosa como Miguel Ángel Olivares (cantautor de trova) y Denisse Vega Farfán (poeta). Observando su trabajo pude darme cuenta a dónde quería apuntar. Así que me decidí desde entonces a hacer todo lo necesario para llegar al nivel de poesía que ellos tenían. Soñaba con alcanzar aquel nivel y crear tanta belleza como lo hacían ellos. Quizá aquella pudiera ser una de las grandes razones por la cuales vine a Arequipa (donde radico actualmente) para estudiar la carrera de Literatura y Lingüística en la UNSA.
-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. ¿Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste?
Mi primer libro tiene por título Saco de carbón; lo escribí en un lapso de 5 años, entre Chimbote y Arequipa, desde el año 2006 hasta el 2010. Dicho poemario pasó por todo un proceso de reescritura. Las primeras versiones de algunos poemas salieron publicadas en algunas revistas de los medios regionales tanto de Ancash como de Arequipa; para ser más puntuales, la revista "Casa de Asterión" de Huaraz que me publicó un par de poemas en dos números distintos, y algunas revistas locales de la Ciudad Blanca. No publiqué nada más porque me di cuenta que, viendo el producto "final" en el impreso, había ciertos errores y detalles que debía trabajar antes de soltar un producto. Por otra parte, en la UNSA había un grupo de estudiantes ya por egresar de la escuela de Literatura que me propusieron publicar ese libro, bajo la consigna de costear la mitad de la edición. Eso me animó a darle una pulida y un mejor trato a la palabra. Dejé de soltar poemas a diestra y siniestra, entonces, y comencé a trabajar el poemario hasta dar a un producto que creí era el esperado. Hacia fines del 2010 tuve así un machote y en el año 2011 salió la primera edición que, casualmente, a fines de ese año, fue reconocido por el Gobierno Regional de Ancash. Luego, en el 2017 saldría una edición especial de aquel poemario (financiado por la misma editorial, Aletheya), donde aumenté un poema más y modifiqué algunos otros porque lo creí necesario. Y ese es ahora el producto final.
-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?
Sobre los concursos tengo una opinión bastante puntual. Un concurso es más que nada una plataforma de prestigio, lo cual involucra que la gente te conozca, visibilizar tu trabajo (que en su esencia debe justificar el premio que se te dé) y darte un apoyo económico para que puedas seguir escribiendo tranquilo por un tiempo. Depende cuál sea el premio para que tu prestigio y la paga te favorezcan. Por lo común, el premio suele realzar la imagen del autor, sea este o no desconocido; sin embargo, la calidad del autor representa también una variable de valoración del concurso. Hay algunos premios que adquieren también cierto prestigio cuando es ganado por algún personaje mediático (el caso de Bob Dylan en el alicaído premio Nobel de Literatura es un más cercano ejemplo). Así que decir que alguien merece un premio o no es bastante relativo, hay muchos factores que considerar y, en lo personal, no confío mucho en ciertos certámenes que (de buena fuente sé) ya tienen previstos a sus ganadores. En ese sentido, participar en concursos así no vale la pena. Cuando era más joven participé en algunos (aquí en el sur especialmente), gané uno que otro, me ayudó a tener presencia cultural en el medio, pero ninguno fue decisivo en la construcción de mi estilo poético, el cual tuve que pulir con el tiempo a punta de persistencia y deseo. Supongo que a otros (narradores jóvenes más que nada) les servirá para hacerse de una carrera literaria. En el caso de la poesía no es muy distinto; no obstante, hay muy buenos poetas (me tomo la libertad de mencionar a Filonilo Catalina en ese sentido) que debieron ganar premios importantes a nivel nacional, y nunca pasaron del segundo o tercer lugar. Y justamente son ellos quienes tienen una obra sólida e importante hoy en día.
-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?
Vivimos en una época globalizada. Hoy, es más fácil y rápido conocer a un poeta actual del otro lado del mundo de lo que lo era el siglo pasado. Antes, las correspondencias entre uno y otro poeta tardaban un largo tiempo en llegar a su destino, así como su obra. La inmediatez actual hace que muchos poetas jóvenes puedan conocer a sus contemporáneos de otros países y, por ende, embeberse también de la obra de la cual se influyeron estos. Mis contemporáneos poseen una escritura a veces minimalista, otras veces casi narrativa, donde lenguaje poético se nutre de otros recursos (extraliterarios incluso) para darle una forma más personal a sus estilos. En mi ciudad, verbigracia, hay un grupo interesante de jóvenes poetas que se han influenciado de manera notoria por la poesía horazeriana y las rasgos poéticos de los Kloaka allá en los 70 y 80, respectivamente. Hablo del colectivo La Chimba, cuyos poetas que los integran (Cortés Montúfar, y un jovencísimo pero bastante talentoso André Gutiérrez, por citar a los más destacados) han creado una poesía que se nutre tanto del imaginario colectivo (cultura chicha, por ejemplo) como del folclor y la literatura andina, consiguiendo productos impresionantes escritos incluso en quechuañol. Esto habla muy bien del arraigo que tiene nuestra cultura en el tipo de poesía que escriben. En otros países de habla hispana, en México, se apropian del prosaísmo y el habla de la región para crear toda una serie de construcciones poéticas que dan vida a una obra que, en pocos años, será reconocida en todo el mundo. Chary Gumeta, Luis Felipe Fabre, Daniela Rey y Edgardo Mantra (por mencionar algunos) son poetas que van por ese camino de la palabra.
-¿Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?
Hasta ahora, siento que es un gusto saber que Mario Montalbetti aún sigue con vida, ofreciéndonos más de su poesía encriptada, de un lenguaje exquisito y una temática compleja que busca en la palabra misma, la belleza en su estado más puro. Por otra parte, la poesía hecha en distintas regiones del país ha tomado protagonismo últimamente y me da gusto saber que cada una tiene un exponente importante que nutre con poesía de calidad el grueso del canon poético nacional. En Puno, Omar Aramayo aún se mantiene con vida, creando más de sus poemas que se nutren mucho de los apus y el alma andina; en Juliaca, Darwin Bedoya es un poeta que lleva muchos años activo y produciendo tanto poesía como narrativa de amplia calidad estética; en el norte, Chiclayo tiene a Eldi Toro, poeta que explora una serie de temáticas arraigadas a su condición de mujer y a la experiencia de los sentidos; en Trujillo, muchos poetas están dando la hora, pero un clásico de esa región sigue manteniendo viva la llama poética: Bethoven Medina. En el caso de la ciudad donde nací, Chimbote, hay jóvenes poetas que tienen un imaginario bien definido, como el caso de Elí Urbina y Denisse Vega Farfán; no obstante, Dante Lecca es un autor con mucha poesía por delante pese a su edad.
-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc.?
En las poéticas metaescriturales se apela a recursos externos a la palabra misma pero nunca prescinden de ella. La palabra está ahí, juega consigo misma, se oculta a veces, solo que bajo un código alternativo. Juan de Dios Martínez es uno de los poetas que más ha trabajado este recurso y, por tanto, más ha aportado a la poesía visual, considerando que lo que se lee e interpreta es la imagen misma, aunque sean las palabras los filamentos que unen célula a célula dicha imagen. Ese tipo de poesía la trabajó el mismo Eielson hacía tiempo, no es reciente, pero es una opción ante el agotamiento del verbo común. Podría decir lo mismo de la poesía sonora; sin embargo, es un tipo de creación poética que escapa un poco a mis opciones personales, no podría comprenderla del todo, aunque no sea reciente y haya sido trabajada por clásicos como Huidobro en Altazor y otros poetas que directamente experimentaron con el sonido y las posibilidades de la palabra cuando esta es declamada a viva voz.
-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?
La crítica es importante para el poeta en la medida que esta aporte a su formación como tal. He visto dos vertientes de la crítica muy marcados desde hace tiempo: la crítica "amiguista" que promociona a poetas de formas rimbombantes (aunque estos no se merezcan tan favorable "crítica") y que se basa principalmente en comentarios impresionistas respecto al material analizado; y la crítica "destructivista" que, aún sin el sustento apropiado, denigra el trabajo poético de autores que, o bien se arriesgaron a experimentar algo nuevo e incomprensible para ese momento, o simplemente abordan temáticas y estilos ya tocados con anterioridad pero que, en la praxis, funcionan. Es en esto último que la crítica debe incidir: en la funcionalidad del texto y de lo que plantea, y es a partir de ahí que el análisis debe concienzudamente apuntar a la valoración como tal del imaginario del poeta que, como todos sabemos, es estrictamente algo personal. Se sabe que nada nuevo hay bajo el sol de la poesía; no obstante, ver una propuesta diferente o apreciar un estilo que no es novedoso pero sí funcional en cuanto a lo que presenta, debe invitar a la crítica a observar con otro lente dicho trabajo. Ahí la crítica realmente influiría de forma trascendental en el poeta y su obra.
-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?
Un poeta es un alfarero de la palabra, un alquimista de las formas e imágenes, un mago intrépido del alma. Lo que propone un poeta debe estar circunscrito en un lenguaje específico: el lenguaje poético. ¿Qué es el lenguaje poético? Es todo discurso que va más allá de la palabra misma instalada en el punto de conversión del significado y su serie significante. Si el poema posee ese tipo de lenguaje que al abrirse a los ojos del lector le invita a leer más para develar capa por capa el centro mismo del leitmotiv del texto, si va más allá de la común significación y abre un abanico de posibilidades ante nuestros ojos, estamos hablando entonces de un lenguaje poético. Alcanzar ese punto de belleza es complicado, y si un autor carece de ello, no podría considerarse poesía lo que escribe, aunque en la praxis el "poema" que se haya escrito cuente con las características superficiales más comunes: escritura en verso, utilizar algunos recursos literarios, etc. La gran diferencia entre ese tipo de "poemas", que a veces solo dicen "algo más" y nada más, y El Poema que no deja de mostrarte un rostro detrás de otro (como en un bucle de significaciones), es que en el primer caso dichos poemas podrían ser escritos por cualquier persona, pero en el segundo solo por una, porque ese universo (bajo esa esencia) solo podría habitar en un solo imaginario, en un solo corazón, y su latido ser sentido por muchos otros en diversas latitudes. Por eso hablamos de un solo Oquendo de Amat, un solo Martín Adán, un Vallejo único.
-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?
Estar inspirado para leer o escribir es bueno, conveniente para sacar productos realmente deliciosos o aprovechar como se debe una buena lectura. Cuando la depresión suele carcomer mi cabeza (porque todo empieza por ahí), procuro escribir algo, suele ser un aliciente. Sin embargo, no siempre ocurre lo mismo, la complejidad y la crisis en ella es tanta que a veces las emociones se atiborran y uno no tiene las palabras adecuadas para coger el lapicero y realizar el mecánico acto de la escritura. Pero la imaginación sigue su curso, las imágenes están flotando siempre, mientras ellas se hallen en ese espacio único de nuestro ser, es posible seguir creando, aun sin utilizar lápiz y papel, o algún soporte digital para plasmar "eso". (Recuerdo que en el Hay Festival realizado el año pasado aquí en Arequipa, Stuart Flores y Johann Page mantuvieron una conversación donde exponían ideas similares a las que yo considero, solo que trasladadas más al ámbito narrativo. Como sea, la creación se basa en la imaginación perpetua del escritor y escribir es solo el complemento perfecto para imponer al mundo ese imaginario.) Por otro lado, en lo personal creo que es necesario mantener un constante ejercicio de la palabra, sea leyendo algún libro (no es necesario que sea netamente poesía) o siguiendo una rutina escrituraria en la cual se escriba, así sea (en caso de los poetas) una breve línea o versos sueltos. Es parte del ejercicio no perder la línea poética; para ello, ser constante con la escritura y no abandonar la costumbre te mantiene a flote y con lo necesario para seguir creando cosas interesantes. Claro que cuando la palabra te pide una tregua, es bueno hacer caso también a ese instinto de preservación. Se diría, actuar por lo sano con la poesía, darle su tiempo.
-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?
Mis formas de escritura pueden variar y adaptarse; responden a la situación, a la naturaleza del poema y a mi disponibilidad (trabajo casi a diario y que una idea venga de improviso rompe con el común denominador del día a día). Por eso, llevar una libreta de notas para mí ha sido siempre una herramienta adecuada para alivianar mis necesidades escriturales; cuando no la he tenido a la mano, la libreta de notas del celular es una segunda opción; y cuando no hay esas armas a la mano, entrenar mi memoria y mis emociones ha sido una última opción para mantener la idea en su lugar, sin muchas variantes. Rara vez empiezo a escribir de frente en la computadora cuando se trata de poesía; obviamente, la corrección sí tiene que pasar por obligación por dicho soporte. En mi caso me he habituado a empezar la creación con un verso, pero no necesariamente el inicial o verso de arranque del poema. Lo que sí es seguro es que suelen ser uno o dos versos medulares del poema, a través de los cuales todo el corpus poético va a girar, como si este fuera el eje que acumula y va ordenando lentamente las ideas e imágenes. Es normal intentar hallar el verso inicial a través del cual todo el poema vendrá armándose; en mi caso, es un verso importante, puesto que a partir de este los demás elementos irán ordenándose y, en definitiva, incidirá en el remate final. Ahora, tener un verso o versos eje en el poema, ayuda a mantener activa la brújula dentro del corpus: cuál es el lenguaje más apropiado, sin palabras que desentonen la unidad del poema; buscar la estructura perfecta, el cuerpo perfecto; acomodar las imágenes según la necesidad del poema, porque todo depende de lo que se quiera decir y cuán amplio pueda ser el concepto o las sensaciones que transmitirán. Y lo demás fluye luego como un río, acomodando palabras como piedras en el trayecto y aprovechando el sonido de las aguas del imaginario para darle la música exacta al instante (un segundo de la historia donde todo puede pasar), antes de desembocar en la mar. Porque la poesía es eso también: un instante de belleza entre la vida y la muerte, que al plasmarse se hace infinito.
-Si quieres puedes compartir un poema inédito.
Compartiré un texto de un poemario inédito, escrito a dos voces y que explora el tema de los poemas perdidos, como excusa para sacar a flote otros dolores, más intimistas.
ACERCA DE LOS CADÁVERES3
He perdido en mi vida muchos de mis poemas.
El gordo aleteo de un ciempiés
suele arrebatármelos.
Quizá ubique también la culpa
el oloroso aliento de los tucus tempraneros
a la vera de los descomunales puertos
o al papiro haciéndose rescoldo
por acción mortal de las candelas de Moloch.
Pero mis nubes claras no deben
deshacerse en diluvios de muertos
siempre existen los astros enterrados
y otros que resplandecen con sus molotovs
en el centro más perenne del clamor.
Aquellos fueron soles breves en una difunta vía láctea:
han desaparecido abrazados a las estrellas fugaces.
Con sus cadáveres por suerte
he podido parir sin pena
este agujero umbroso de palabras
por donde desbocan a luz viva
los niños que nunca sujetaron mi sombra.
3 [LA VOZ OCULTA]
mueres y vuelves al estado cero del tiempo cuántico: es lo único seguro al final de tu palabra / no avanzas, no te expandes, no huyes hacia nuevos planos del sereno / te reduces al mínimo hasta el obscuro hogar pedestre / donde piensas que el cielo sí existe, por si ocurre la casualidad de volver a sentir una vez más / la misma pesadilla a la que llamas VIDA