Gloria Portugal: “No considero que ganar concursos te convierta en un gran poeta o escritor genial, en general. Creo que ganar tiene que ver con la suerte.”
CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"
Por Víctor Coral.
-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... De tenerla, ¿cuál es la tuya?
Tuve esa visión y la recuerdo con claridad. Tenía catorce años y estaba visitando la tumba de mi abuelo paterno en el cementerio de Miraflores de Trujillo. Yo vivía ahí en ese entonces. Ese cementerio es muy bonito, pero de pequeña me producía temor, ya que estaba ubicado en el centro de la ciudad a pocas cuadras de mi casa y siempre había ocasión de pasar por afuera. Nunca pensé que entraría hasta que mi abuelo fue enterrado ahí. Su sepelio tuvo lugar en el verano y uno de esos domingos, todavía cercanos a su fallecimiento y entierro, cuando el clima estaba empezando a cambiar y el viento soplaba con más intensidad que de costumbre, vi unos árboles altos y esbeltos balancearse. Me pregunté qué se sentiría ser árbol y estar a merced del viento. Traté de ponerme en el lugar de esos árboles. ¡Y pude! Averigüé sus nombres y supe que eran álamos. Me gustó mucho esa palabra. De regreso garabatee una historia en verso (hoy sé que ese podría ser un poema narrativo), y me quedé contemplándolo hasta que mi padre me mandó a dormir. Guardé ese primer "poema" por muchos años. Traté de escribir otras cosas, pero eran horribles, de modo que mejor me dediqué a leer. Creo que hice bien.
-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.
Mi primer libro contiene poemas de adolescencia y adultez temprana. Son bastante rudimentarios. Eran poemas que había guardado con cariño porque una fuerza extraña me impedía tirarlos a la basura y olvidarme de mi sueño de ser una escritora publicada. Así llegué a la treintena y exactamente a los treinta y cuatro años me enteré del Concurso de Mujeres Scriptura, que organiza la Comisión de Escritoras del PEN Internacional. Armé un libro que titulé Insanías, sin saber que esa palabra estaba mal dicha y peor escrita (más tarde me di maña para hacer creer, a los que se daban cuenta, que era una licencia que como poeta me había tomado), y lo envié a la segunda edición del concurso. ¡Y gané! El premio, aparte de otorgar una apreciable cantidad de dinero, consistía en la publicación del poemario ganador. Esa es la historia de mi primer libro.
-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?
Como decía letras arriba, gracias a un concurso pude publicar mi primer libro. Es muy probable que de no haber sido por un concurso nunca hubiera publicado nada. Publicar es bastante caro. Lo sé porque mi segundo libro de poesía lo autofinancié. Lo vi como un obsequio caro que yo misma me hacía, pero solo eso. Sabía que no podría, y no era capaz, de intentar vender mis propios libros. En vez de eso los obsequié a cuantos se mostraron interesados y ni aún así se terminaron los ejemplares que me correspondieron. ¿Si participo en concursos? Claro que sí. Me atraen especialmente aquellos que tienen como premio la publicación de los trabajos ganadores. Sin embargo, no considero que ganar concursos te convierta en un gran poeta o escritor genial, en general. Creo que ganar tiene que ver con la suerte. Yo he tenido mucha.
-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?
Ni idea. La poesía en particular y la literatura en general son placeres sagrados que disfruto con total libertad. Creo que es el área del conocimiento donde nadie me puede molestar. Solo leo lo que me llama la atención y me alegra el espíritu. Para contestar tu pregunta tendría que ponerme a estudiar y no lo pienso hacer. (Como dice el meme: "¡Oblígame, prro!". Ja, ja, ja.) Cuando la literatura se convierta en tarea para mí, estoy segura de que me dejará de gustar.
-Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?
Está difícil. ¿Ya murió Watanabe, no? Me falta actualizarme. Lo lamento. Pero he visto muy buenos versos de amigos poetas. No podría hablar de orden de importancia. Un poeta trujillano que me gusta mucho se llama Ángel Gavidia.
-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?
"Desconozco, mayormente."
-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?
La crítica siempre es necesaria, principalmente porque ayuda al poeta a reflexionar sobre su trabajo. Considero que es una oportunidad de aprendizaje y desarrollo artístico. A quien tenga problemas tolerando la crítica a su trabajo poético le recomiendo que no publique más. Uno debe sentirse halagado y honrado de que un crítico literario se haya tomado tiempo para leer un escrito propio, más allá de que el comentario sea bueno o malo. Siempre se aprende.
-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?
Creo que escribir poesía es un oficio como cualquier otro y quien escribe poesía es poeta. Que escriba bien o mal es otro tema. Yo he aprendido que soy poeta porque me gusta escribir poemas, podría dedicarme a cantar y sería cantante, o a bailar y sería bailarina. Sin embargo, llamarme poeta no me hace buena en lo que hago per se. En todas las artes y oficios siempre habrá mediocridad. Pero lo maravilloso de ser humanos es que tenemos potencialidades y siempre se puede mejorar.
-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?
Soy madre de familia y tengo un trabajo mundano. Ambas actividades ocupan la mayor parte de mi tiempo. Supongo que por eso no suelo tener el problema de enfrentarme a la famosa "hoja en blanco". Todo el día, todos los días, me dedico a observar, a veces esto sucede sin proponérmelo. Si hay algo realmente interesante lo anoto en un cuaderno y lo guardo hasta que tenga tiempo de trabajar en ello. A veces estas ideas aparecen cuando no tengo la libreta en las manos, o estas están ocupadas en algo impostergable como lavar platos o cocinar. Entonces espero hasta terminar para hacer anotaciones. Y ahí se quedan hasta un sábado, un domingo o un feriado en que me puedo sentar a organizar mi caos. La lectura es otra cosa. Leo diariamente. A veces treinta minutos, a veces dos horas, dependiendo del tiempo que me dejan mis ocupaciones alimenticias, o de cuán interesante es el libro. Siempre leo antes de dormir, mientras espero que llegue el hada del sueño.
-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?
¿Proceso creativo? Bueno, como mi poesía se basa principalmente en ideas puntuales antes que en construcciones lingüísticas complejas, los poemas se me aparecen así, en forma de ideas. Generalmente son comparaciones, o situaciones en las que algo empieza y acaba. También uso muchos objetos. Así comienzan mis poemas. Anoto esas figuras para trabajarlas después. Luego viene lo más difícil: poner esa imagen en palabras. Me cuesta mucho hacerlo. Un poema que me satisfaga mínimamente es producto de muchas correcciones. Sé que el proceso creativo difiere de poeta a poeta. Algunos se pueden sentar a escribir versos sin ninguna idea previa. Eso no funciona para mí. Yo tengo que saber cómo comenzará el poema y cómo terminará, antes de escribirlo.
-