GUADALUPE GALVÁN: “En estos tiempos de sobredifusión parece que ‘cada vez importan más los poetas y menos la poesía’, como decía José Emilio Pacheco.”
CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"
Por Victor Coral.
-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... ¿de tenerla, cuál es la tuya?
Creo que los fantasmas, esos seres de los que mi padre durante toda mi infancia, me habló. El nació en un pequeño pueblo y tenía muchas historias que nos contaba todo el tiempo. Creo que eso me desató la imaginación al lado de la poesía, más que de la prosa, porque me acercó a las imágenes, a su significado y a las palabras para nombrarlas.
-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.
No publiqué poemas previamente. En el año 2000 estaba tomando clases en una escuela de escritores y uno de los maestros era el poeta uruguayo mexicano, Saúl Ibargoyen, y él me invitó al taller que estaba dando en su casa. Ya tenía bastantes poemas. Él me presentó con quien fue mi primer editor, Carlos López de Editorial Praxis, a quien le pareció un buen libro para ser publicado. Así salió a la luz mi primer libro Niebla del día, en el año 2003.
-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?
Los concursos de poesía son un referente, una manera de saber que lo que uno escribe hace resonar a otros, que resalta porque dice algo. No sé muy bien en estos tiempos modernos qué significa hacer una "carrera poética". He participado y en 2005 gané el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa con mi segundo libro La Casa Azul. También sirven para revisar, ordenar, dar forma a un libro. Además, claro, de la retribución económica.
-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?
Probablemente Anne Carson, Charles Simic, Emily Dickinson, Sharon Olds, Mark Strand, Elizabeth Bishop.
-Cuáles son los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?
Eduardo Lizalde, Dolores Castro, Francisco Hernández, Malva Flores, María Baranda, Alicia García Bergua, Aurelio Asiain, Fabio Morábito, por nombrar sólo algunos. Son poetas que tienen una voz precisa y un largo paso a lo largo de la poesía en publicación de libros, docencia y como referentes para las nuevas generaciones.
-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?
Son maneras, herramientas y formas de abarcar lo que dice la palabra. Estas otras posibilidades son válidas cuando buscan enriquecer a la palabra poética. Si hay algo qué decir, si hay sustancia poética, que se utilicen los elementos que se necesite para decir. Hay infinitas maneras plásticas, sonoras, visuales de qué valerse para escribir y hacer poesía si la necesidad interna así lo requiere.
-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?
Es fundamental, pero primero la autocrítica para que eso dé una mirada precisa, respetuosa y honesta a todo lo que se escribe, y así tener un panorama que sirva para la escritura propia. Hay que estar atento a todo lo que pasa. Elias Canetti decía que un escritor tiene que estar informado de lo que pasa en su tiempo, estar a favor de su tiempo y cuestionar a su tiempo. Pero un poeta no necesariamente es buen crítico literario ni viceversa. Son visiones distintas. Es necesario un profundo talante reflexivo.
-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?
En estos tiempos de sobredifusión parece que "cada vez importan más los poetas y menos la poesía", como decía José Emilio Pacheco. El rasero es el tiempo. No todos van a sobrevivir. Y la gran poesía es vigente por encima de cualquier época.
-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?
No tengo una rutina. No soy muy disciplinada, pero diariamente escribo una especie de diario, una imagen para no sentir que se diluyen los días en la nada y a veces, mientras eso sucede, hay un pulso que hace continuar o no. A la lectura le dedico las tardes principalmente, pero procuro darle atención al despertar.
-Si quieres puedes compartir un poema inédito.
Escribo una canción al limonero que aún no tengo
al colibrí que hoy llegó crispando el patio
a la voz del toro de arena
siento mío cada limonero que veo
caliento este rincón de ciudad con un puñado de ceniza
soy huérfana de campo y mar
la voz del toro suena en la palabra
sólo me queda pan de ceniza y lumbre
en el rincón del cuarto hormigas sacrifican a una hormiga enferma.