HELENA RESTREPO: “Las imágenes suelen aparecer frente a mis ojos, no las invento, las veo, y la belleza ya es en ellas, intentar que esa belleza permanezca al volverla palabras es un arte distinto, un reto mayor.”

CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"

Por Víctor Coral.

- Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... ¿de tenerla, cuál es la tuya?

-Tuve que aprenderme un poema cuando estaba como en segundo de año de la escuela. Mi papá me hizo memorizar un poema de una tía suya que se llamaba Gracia infantil. Me recuerdo recitando ese poema para mis compañeros de estudio en un lenguaje diferente al usado por todos y sentirme muy a gusto. No me quedó completo en la memoria, pero aún recuerdo un par de versos: "El alma de los niños refleja en la mirada la transparencia diáfana de las aguas tranquilas".

- Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.

- Escribo desde que tengo memoria sin intenciones poéticas. La poesía me parecía muy alejada de mi necesidad de escribir. Una situación del azar me llevó a conocer a quien me impulsó a publicar sin ninguna pretensión literaria. No había publicado antes en ningún lado. Lo hice con mis propios recursos. Luego comencé a publicar en revistas.

-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?

- Me cuesta trabajo opinar sobre ellos. No creo que se puedan conocer desde afuera. He participado poco. También he escuchado comentarios de quienes han sido jurados y, a veces me parecen honestos, a veces no. Supongo que como en todo, hay de todo. Creo que para hacer una carrera poética no es esencial participar en ellos, pero sí la facilitan. Abren algunas puertas, por lo que veo en quienes ganan alguno.

-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?

- Creo que las influencias son muy diversas, como diversos son los caminos poéticos. Mucho más en nuestros tiempos en los que para leer a alguien no necesitas sus libros. Lees en portales digitales a gente que no conocen las editoriales y también te marcan. Me parece que cada quien adopta sus propios maestros y, sin embargo, busca alejarse de ellos para dar su propia nota.

- Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?

La poeta viva colombiana más importante para mí es Piedad Bonnet. Me cuesta explicar esos porqués, es como cuando te preguntan por qué amas a alguien. Pero lo intentaré. Considero que su poesía es profunda y emotiva, que usa las figuras literarias, no con la intención de demostrar que las conoce o que domina más palabras que un ser común, sino con la fluidez de quien las siente y las medita una a una como construyendo una edificación para que ningún ladrillo quede mal puesto y el resultado final, además de bello, se pueda habitar.

-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?

- Me parecen apuestas diferentes. En algunas encuentro belleza, en otras no. No me dicen nada. Y, en mi concepto, el fin del arte, y más de un arte relacionado con las palabras, es entregar un mensaje. Si no entiendo nada no se consigue el fin (en mi caso).

- En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?

- Considero que los críticos literarios han sido muy importantes para visibilizar las obras de muchos escritores. Me quedan dudas de si en la poesía cumplen la misma función. Algunas críticas que leo me parecen orientadas a la adulación con propósitos comerciales o amistosos. Otras me parece que están hechas para deslegitimar el ejercicio poético de algunos autores. Una crítica bien hecha en términos de poesía me parece muy difícil. Más, cuando existen círculos que determinan una cierta manera de hacer las cosas que pareciera ser la única posible y bien valorada.

- Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?

- Ser o no ser poeta, that is the question. Es cierto que la difusión de las redes ha hecho que cualquier persona, en su libertad de expresión, escriba y publique a través de ellas, consiga seguidores que le aplauden y lo llamen poeta. Es un fenómeno incontrolable por la misma libertad de quienes escribimos y quienes disfrutamos leer en estos espacios. Tampoco existe una institución que otorgue el título de poeta que se pueda validar en cualquier lado, ni que tenga el poder de quitárselo a alguien a quien los demás consideran poeta por encontrar alguna belleza en sus palabras. No me atrevería a decir quién es o no es poeta, como tampoco a pelearme con nadie el apelativo. Aunque bien puedo pensar para mí, en ocasiones, que no encuentro belleza o poesía en algunos textos que leo de personas que se denominan poetas.

Es un enredo tremendo, es como definir la poesía.

-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?

- Tengo épocas de disciplina con ambas, de someterme sin musas de por medio. Y también tengo períodos en que me indigestan, y tengo que soltarlas y hacer otras cosas. A veces escribo sobre esos estados, justo por llamarme al orden. Si la estoy odiando o el silencio se ha apoderado de mí, pues sobre eso van mis esfuerzos.

-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?

- No tienen una manera única. Como dije antes, desde que aprendí a escribir, escribo sin intención poética. No existían entonces los computadores, por lo que tengo una relación romántica con el papel y los bolígrafos. Necesito tocar el papel. Elijo libretas por la textura de sus páginas. Me gustan los tachones, la reescritura. Pero no me cierro a lo digital. A veces solo tengo el celular a la mano cuando me asalta un verso, y puedo comenzar allí algo y dejarlo para luego, o si viene algo que parece una cosa completa, tirarlo en mi muro de Facebook y que quede. Puedo volver sobre él, borrarlo, reescribirlo, también permite la edición, es una ventaja. No pretendo que lo que pongo en mi muro sea del gusto de todo el mundo. Es como si fuera mi casa: cuelgo en sus paredes lo que quiero, lo puedo quitar si ya no me gusta o editarlo aunque ya lo hayan leído. De hecho, si alguien siguiera los procesos de edición de mis publicaciones, que no creo que nadie se tome la molestia, puede ser que llegara a conocer mejor mis procesos.

En relación con cómo surgen: de todos los modos que mencionas. A veces intento dormir y llega un verso o dos, y sé que si no me levanto se van a volar, son como pájaros, los atrapas cuando llegan o se van. También me pasa mucho al amanecer, despierto con un verso en la cabeza. Cuando son versos suelen ser esas horas. Cuando son ideas, llegan en cualquier momento. Las ideas son distintas porque no vienen en palabras, hay que esforzarse más con ellas, como desenvolviendo un hilo. Con las imágenes es un proceso muy bello. Las imágenes suelen aparecer frente a mis ojos, no las invento, las veo, y la belleza ya es en ellas, intentar que esa belleza permanezca al volverla palabras es un arte distinto, un reto mayor. Los temas son otra cosa. Aunque se parecen a las ideas, no son lo mismo. La idea viene casi con forma, tienes que desenrollarla. Con el tema no siempre se sabe para dónde vas, es un camino de descubrimiento, te preguntas qué quieres decir sobre eso, no porque sepas, sino porque hay que hurgarte, aunque solo se evidencien tus vacíos. En mis momentos disciplinados es el principal modo al que recurro.