Juana M. Ramos: “La poesía no tiene horario. No tengo una disciplina diaria, la escribo cuando me asalta, cuando exige mi atención, llega por voluntad propia y, casi siempre, me obliga a dejar cualquier otra actividad.”
CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"
Por Víctor Coral.
-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... De tenerla, ¿cuál es la tuya?
Aprendí a leer a muy temprana edad gracias a mi madre, quien era maestra de escuela primaria. El abecedario, el sonido de sus letras, sus formas y cómo se dibujaban en el cuaderno, escucharla leerles a sus alumnos con una cadencia dulce y rítmica me abrieron las puertas a un mundo mágico, fue mi primer encuentro con eso que considero es "poesía".
-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.
Mi primer libro consta de poemas que escribí entre 1991 y 2010. Escribía como un ejercicio catártico, una necesidad de dejar constancia de mi propia interpretación de la realidad (tanto del mundo exterior como de mi mundo interior), sin una finalidad editorial, sin mira a publicar. En 2009 conocí al poeta, editor y catedrático colombiano Carlos Aguasaco, quien en 2010 dio inicio, en Nueva York, a Artepoética Press, editorial independiente que publicó mi primer poemario, Multiplicada en mí. La editorial corrió con todos los gastos. Mi libro fue el primero en el catálogo de poesía de Artepoética Press. La primera edición se publicó en 2010 y una segunda, revisada y ampliada, en 2014.
-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?
Los concursos de poesía son un aliciente, un incentivo, que de una u otra forma te hacen saber que algo estás haciendo bien (sea lo que fuere) para que tu obra logre cierta repercusión en los círculos en los que se maneja una suerte de poder, ese tipo de poder que, con base en un juicio de valor que, además, está atado a una ideología en particular, decide cuáles obras merecen destacarse por encima del resto. Si bien, como dije, los considero un estímulo, no creo que sean esenciales para hacer una "carrera poética", pero sí para que los premiados vean en esos galardones no el punto álgido de sus carreras, sino la posibilidad de seguir creciendo en el oficio de poeta. La obra que está destinada a perdurar y a marcar un hito en la literatura puede, sin ningún problema, prescindir de estas distinciones. Hasta este momento no se me ha ocurrido participar en ninguno.
-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?
Sería muy poco atinado de mi parte señalar influencias específicas, pero sí podría apuntar que en el aire permanece ese lirismo whitmaniano en un bien logrado verso libre; el "malditismo", la voz poética que sale de las entrañas y el señalamiento a un sistema que nos va dejando de lado o nos atrapa por completo al estilo bukowskiano, por mencionar algunas. Ese "malditismo" traspasa el espacio textual, así vemos a algunos poetas jóvenes (fíjate que digo algunos, no hay una afán de generalizar) en pleno culto al cigarrillo y al alcohol (entre otros), hasta crearse y creerse su propio personaje iconoclasta.
-Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?
Esta pregunta es un tanto peligrosa, dado que se puede caer en el error de dejar afuera voces importantes. Ahora bien, si me aventuro, podría mencionar a David Escobar Galindo, Alfonso Kijadurías, Carmen González Huguet, Jorge Galán, Otoniel Guevara, Kenny Rodríguez, Vladimir Amaya, Elena Salamanca. Como sabes, toda lista de este tipo implica un juicio de valor, por lo tanto, no se salva de las garras de lo subjetivo. Más allá de la forma, en estos poetas, a mi juicio, se concreta una suerte de misticismo planteado desde dos vertientes: el de la esencia espiritual de la poesía misma capaz de sensibilizarnos y el misticismo del que habla Raimon Panikkar, ese que nos hace sentir compasión, es decir, sentir el dolor del otro, y que lleva al poeta a luchar desde el espacio textual-poético para procurar un cambio en la sociedad. La poesía es su oficio, todos son grandes artesanos de la palabra.
-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?
Me parecen una gran oportunidad para explorar otros espacios, además, promueven la colaboración entre diversos campos e incluso disciplinas.
-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?
Muchos poetas son también académicos, por lo tanto, transitan de una escritura a la otra (creativa - académica), ejercen como críticos literarios. Este ejercicio intelectual que desmenuza, analiza, deconstruye el trabajo poético, en este caso, es importante para el poeta de hoy, la mirada crítica (sea esta de afuera o la propia) sirve para procurar procesos metacognitivos. Todo esto, claro está, cuando la crítica se hace de forma responsable y constructiva y lejos de los amiguismos.
-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?
No puedo dejar de reiterar lo antes mencionado sobre los juicios de valor que, como apunta Eagleton, están en relación proporcional con las ideologías imperantes (o las propias). ¿Quién decide si alguien es poeta o no? Los raseros o los parámetros no dejan de ser subjetivos. Ahora bien, no creo que alguien tenga la autoridad para decirle a otra persona "no eres poeta", pero sí creo en que todos tenemos la responsabilidad de procurar herramientas que fomenten tanto la lectura como la escritura y reescritura, actividades necesarias que ayudan a encontrar una voz poética, a trabajar la forma, la estructura.
-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?
La lectura y la escritura académicas toman parte de mi tiempo, ese que decido dedicarles. En cuanto a la poesía, esta no tiene horario. No tengo una disciplina diaria, la escribo cuando me asalta, cuando exige mi atención, llega por voluntad propia y, casi siempre, me obliga a dejar cualquier otra actividad para dedicarle el tiempo que requiera.
-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?
Por lo general, escribo con lo que tengo a la mano para atrapar la idea, el pensamiento, el verso, eso que me persigue y persigo, y que no puedo dejar escapar. Puede ser una idea, una imagen, un sonido, un olor, una palabra, un recuerdo. Es así como surge el poema.
-Si quieres puedes compartir un poema inédito.
Fin de ciclo
Hoy se cierra la casa,
es noviembre,
el cielo ahora abierto
corta de tajo
el gris que permanece
después de la tormenta.
En la habitación
ya no se cuece el amor
(al menos este del que hablo).
La tarde nos ha precedido
con sus cenizas y sus dudas,
se ha convertido en
mansedumbre.
Hoy se cierra la casa
desde lejos los ciervos
nos observan.