Manolo Marcos: “Poco importa si la influencia se llama Poe, Quevedo, Víctor Sosa o Dante; el caso es que no sea agua estancada y que sea variada.”

CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"

Por Víctor Coral.

-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... De tenerla, ¿cuál es la tuya?

De tenerla, estaría seguramente perdida en esos hondones de la memoria que llamamos olvido, aunque sí puedo asegurar que en la aventura de leer se revelan muchos de esos momentos donde la metáfora, que no es sino la revelación de una imagen muda, ocupa el lugar de la razón. La vida está llena de esos fogonazos. Todo es poesía menos la poesía, como dijo Nicanor Parra.

-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.

Tácticas de payaso vino precedido de un gozoso ejercicio de escritura en el blog Plus Ultra: ínsula literaria, dedicado en un principio a textos cortos que dí en llamar microfábulas, que contenían ya elementos en potencia poéticos. Son poemas que fueron escribiéndose al calor de una idea que acariciaba desde hacía muchos años; la de explicar una visión del mundo desde la sátira. Lo financió la editorial. Previamente me publicaron algunos poema en la red, por ejemplo en una página de poesía de la UNAM. Obviamente el muro de Facebook es un amplificador bastante poderoso.

-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?

Alguno he transitado, con ningún éxito, y en general estimo que son un trampolín interesante hacia el despeñadero de la fama, a no ser que el escritor sea una persona seria. La carrera de la poesía, la verdadera, se hace siempre al margen de estos eventos consuetudinerarios (excúseme el neologismo) y consiste en una peregrinación hacia el misterio de la vida a través de la palabra.

-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?

Pudiera decirse que ahora, los que gustan de la poesía de veras, de la neta poesía universal buena, bien escrita, somos o deberíamos ser, supongo, eclécticos, y beber de toda aquella fuente que destile agua clara y limpia. Poco importa si la influencia se llama Poe, Quevedo, Víctor Sosa o Dante; el caso es que no sea agua estancada y que sea variada.

-Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?

-En primer lugar, todavía no sé si me parecen más importantes los poetas vivos que los muertos, y por otra parte no pertenezco a ningún club de caballeros. Con ello quiero decir que rehuyo las clasificaciones ad hoc, me parecen perniciosas e injustas. Antonio Gamoneda, haciendo eco de su pregunta, me parece un poeta importante, desde luego no el único. Espero que la huesuda no se lo lleve en lo que se tarda en leer la entrevista.

-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?

-Hay opciones sin duda interesantes, pero a veces estas propuestas se quedan en un mero ejercicio esteticista condimentado con una filosofía posmoderna basada en conceptos como por ejemplo el de "poética", que es una palabra fifí y cursi donde las haya.

-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?

-Hoy y siempre, claro que sí, el ejercicio de la crítica es fundamental, no tanto para distinguir qué es lo que debe leerse de lo que no (ejercicio este que ya sabemos muy bien a qué tipo de componendas del mercado conduce) cuanto por la necesidad de someter la escritura, también la poética, al análisis. Esto una forma de mantenerla viva y lejos del alcance de los poetas.

-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?

-Es evidente que hay parámetros, raseros, varas de medir y hasta farolas, bajo las que, y al abrigo de cuyas luces campa el furibundo insecto llamado poeta tratando de infectar con su abyecto veneno las incautas mentes de egresados en derecho, ingenieros informáticos y señoras de la limpieza. Pero que pongan otros el medidor de poesía, en este caso me acuerdo otra vez de San Nicanor Parra, patrón de la antipoesía y clamo con él: escriban lo que se les dé la gana y como quieran.

-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?

-La lectura la practico diariamente y la escritura no. Soy también músico y pintor y veinticuatro horas no dan para tanto, pero ya sabemos que la vida va por rachas y en una de ellas seguramente volveré a escribir de preferencia a otras actividades. La inspiración siempre está ahí vigilándome para que no me olvide, pero otras veces las motivaciones no son exactamente creativas ni mucho menos.

-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?

-Suelo escribir en el ordenador, y surgen borboteando como palomitas de maíz contra la tapa de la olla, contemplando un paisaje, viendo la televisión ¿quién sabe en qué momento el misterio hace presa en la imaginación, verdad? Si se supiese no sería misterio.

-Si quieres puedes compartir un poema inédito.

EVANGELIO APÓCRIFO

Qué astilla clavada en el paladar de la nube
Qué refugio palpan las manos del que duerme
Qué serena muerte espera al trepanador de sueños
Qué avidez en los párpados tensos del agua

Asíntota que posa un ave blanca y acaricia
El dígito fugaz en el ciego silencio de la noche
Lábil nervio de llanto atenazado

Qué camino se pierde al final de las palabras
Más allá de las turbias renuncias del miedo
Donde el sol apacenta su rebaño de estrellas
Y el olvido es la sombra de la muerte de Dios.

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