MARIANNA ESPEZÚA: “Me molesta sentir la obligación de escribir, es muy distinto a cuando deseas escribir.”

29.04.2020



Por Víctor Coral.


-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... de tenerla, ¿cuál es la tuya?

Mi primer contacto con la poesía fue a través del poeta. Cuando era muy chica, Boris Espezúa, mi tío y vecino recibió una caja llena ejemplares de su último poemario. Yo estaba en su casa cuando llegó la caja. Boris me regaló un libro, el primer libro que me regalaban y, para mi suerte, era dedicado por el mismo autor. Esa tarde nos leyó algunos poemas, yo estaba emocionada con el regalo, luego leí "Alba del pez herido" una y otra vez, al final me aprendí tres poemas que aún sé de memoria, 18 años después.


-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.

A los 18 formé parte del colectivo Letrasértica en la ciudad de Tacna, con ellos publiqué mis primeros poemas en la revista que publicabamos. Luego vino mi primer poemario, también fue colectivo, presentamos tres poemarios un mismo día.

Todo era autogestión y amor, purito amor.


-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?

Gracias a un concurso en el que participé (con muy poca esperanza y muchos nervios) es que conocí a Letrasértica. Ahí empezó la magia. No volví a participar en otro concurso y ahora que lo pienso, no sé qué hice con el dinero de ese. Eventualmente pienso participar en otro. Son plataformas.


-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?

Siento que Verástegui ha calado en todos nosotros de manera profunda, por mencionar un nombre puntual y muy contemporáneo. En el grupo que formamos en mi ciudad abrazamos bastante su poesía como la de Vallejo, Moro, Westphalen, Watanabe, Cisneros. La influencia se percibe en nuestros poemas. Sin embargo, la visita a otros grupos y corrientes poéticas es esencial. A los 19 yo estaba obsesionada con Rimbaud y Pizarnik, tenía el cuarto lleno de sus poemas pegados en la pared. En la poesía, como en todo, si no te mueves, no avanzas. Moverse es intentar, probar, conocer más allá de tu confort. 


-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?

Creo que en el arte es un pecado encasillar. Definir de alguna forma limita. El conocimiento debemos tenerlo porque nos nutre y abona la calidad de nuestros textos. Pero esa teoría no debe ser necesariamente aplicada a raja tabla. La poesía es esencia, si puedes retratarla de manera auditiva, adelante. Experimenta, innova, una y otra vez.

-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?

Todo lo contrario, creo que justamente estas ramas contemporáneas (como las performances poéticas) han querido ir en contra de la academia y la crítica, buscando una voz propia, y demostrando que la academia no es del todo ley.

En lo personal, si bien creo en lo nuevo, no desestimo la crítica. Y lo bueno es que eso es opción y no ley.

-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?

Creo que el internet solo ha visibilizado que el mundo es más amplio del que creemos. Como todo espacio, tiene ambos lados de la balanza. Cualquiera puede escribir, el tema es si lo haces bien o necesitas todavía cultivar tu lectura para mejorar la calidad de tus poemas. El parámetro que creo que es fundamental en cualquiera que quiera hacer poesía es la lectura obligatoria de mucha poesía, para variar.

¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?

Admito que antes solía ser más estricta con mis tiempos. Los deberes en el trabajo han desordenado mis viejos hábitos. Leo diario pero no siempre escribo. Me molesta sentir la obligación de escribir, es muy distinto a cuando deseas escribir. Pero, para hacer una idea, al menos unas horas a la semana las dedico a escribir.

-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?

He escrito a mano y a computadora. He grabado y transcrito poemas en voz. Los poemas suelen aparecer en su forma más básica como emociones. Luego necesito darles forma. Ahí entran las palabras, los recursos literarios. Entonces escribo respirando despacio para que esa emoción pueda tomar forma. Siempre dejo reposar el poema, unas semanas. Las emociones pueden jugarte en contra y hacerte ver azul el rosa. Entonces cuando la emoción no está, reviso y corrijo el poema.

Cada vez soy más exigente conmigo misma, hace poco compartí un poema que escribí a fines del 2018. Necesitaba tiempo. El tiempo es un buen truco.

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