Roberto García de Mesa: “En España predomina sobre todo la llamada ‘poesía de la experiencia’, algo que ha hecho empequeñecer considerablemente la creación literaria en este país.”

21.08.2020

CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"

Por Víctor Coral.



-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... De tenerla, ¿cuál es la tuya?

No te sabría asegurar si esa es la primera imagen porque el subconsciente pone muchas zancadillas a los recuerdos reales o imaginarios. Pero creo ver un atardecer soleado y un espacio casi desértico, enorme, detrás de la casa donde vivía, en un pueblo muy pequeño y sin asfaltar llamado Las Galletas, en el sur de la isla de Tenerife. Algo así como decir el sur del sur del sur. Era como los que aparecen en las películas del oeste, no del todo, pero casi, sin armas. Mi padre era maestro y lo destinaron allí. En ese lugar viví los primeros años de mi vida, hasta los 4 o 5. Y es la imagen de un espacio casi salvaje donde me sentía muy libre, es en esa inmensidad donde encontré probablemente un lugar para el juego, para la observación, para sentir felicidad. El atardecer y los espacios libres son para mí una fuente de inspiración.

-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.

Escribo desde que era muy pequeño. No recuerdo una etapa de mi vida donde no haya escrito algún cuento, algún poema. Bueno, lo que intentaba. Por desgracia publiqué desde muy joven. Y, en efecto, comencé en revistas y periódicos. Gané algunos premios literarios y varias series poéticas encontraron salida en los correspondientes libros colectivos junto a otros finalistas. Mi primer libro fue de poesía visual, una plaquette, en 1997. Salió en una pequeña editorial de Tenerife llamada La calle de la costa.

-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?

Desde los diez o los once años, aproximadamente, hasta los veinte gané premios literarios de narrativa y poesía en la escuela, en el instituto y en la universidad. Luego, obtuve otros de poesía y teatro durante la segunda mitad de los noventa. Me presentaba por probar, por ver si lo que hacía merecía la pena o no, pero luego me di cuenta de que las obras no deben estar sujetas a las normas de un premio literario. Deben respirar por sí solas. Necesito sentirme libre. Cada libro (debe ser libre) necesita su tiempo, su extensión, su respiración... Yo tengo mis ritmos, debo respetarlos. Hace mucho, mucho tiempo que no me presento a ninguno. No me interesan y tampoco creo que sirvan para hacerse una "carrera". De hecho, desde hace décadas no los cito en mi cv. A mí los premios no me dicen nada, lo que me dice es la obra en sí. De hecho, me suelen interesarmás las obras no premiadas que las premiadas. Aunque siempre hay excepciones, por supuesto. Pero, en lo que se refiere a mi experiencia, he de decir que mis peores obras han sido premiadas. La literatura necesita para su buena salud la libertad. Sin ella, la inspiración se apaga poco a poco. Al menos es lo que me pasa. No me gustan los límites ni las presiones. Necesito aquel espacio desértico que decía al principio para crear. Necesito ser la nada para crear. Sin espectativas, sin objetivos, prefiero ir a perder, sentir que empiezo de nuevo una y otra vez.

-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?

La influencia de la poesía española en latinoamérica y viceversa es una constante durante los últimos siglos. Creo lo contrario de lo que dices, porque precisamente la literatura latinoamericana y la española no se entienden sin esa influencia mutua, sin ese contacto permanente. Date cuenta, incluso, que muchos escritores latinoamericanos, ya no lo solo en el pasado, sino desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy, viajaron/viajan a España, vivieron/viven temporadas en España, escribieron/escriben en algún momento en España. Pienso, por ejemplo, en García Márquez, Vargas Llosa, Roberto Bolaño... O en la importancia de editoriales españolas como Seix Barral o de la agente literaria Carmen Balcells para el impulso del "boom" de la narrativa latinoamericana. Y al revés. Muchos exiliados españoles, algunos de la generación del 27 y de otras generaciones, huyendo de la guerra civil y de la dictadura llegan y se instalan en diversos países latinoamericanos: México, Chile, Argentina, Uruguay, etc. También en Estados Unidos. Algunos de esos creadores llevaron a cabo numerosos proyectos, aportaciones a las universidades, fundaron revistas, impartieron numerosas conferencias, publicaron libros, dieron muchísimas oportunidades a algunos de los grandes escritores latinoamericanos que hoy se honran... No se debe olvidar la literatura en el exilio español. Me refiero a la de autores como Max Aub, Francisco Ayala,Enrique Diez-Canedo, Luis Buñuel, Concha Méndez, Rosa Chacel, Juan Larrea, Luis Cernuda, María Zambrano, Manuel Altolaguirre, Mercedes Pinto, Rafael Alberti, María Teresa León, etc. En España la estamos tratando de recuperar, pero ustedes creo que no deben olvidarla tampoco. Por supuesto, la literatura del modernismo anglosajón es en muchos aspectos, no en todos, más interesante que la literatura de la generación del 27, por ejemplo. Y ha influido probablemente más en latinoamérica que en España. En este país, las fuerzas reaccionarias del conservadurismo y del catolicismo, constantemente, tratan de paralizar los avances de la experimentación, en gran medida, en muchos ámbitos. Y esta situación es un mal que arrastramos en nuestra terrible, trágica y destructiva historia de siglos, en España. En las novelas y artículos de Galdós queda muy bien reflejada esta lucha de fuerzas. Sobre las influencias actuales, cada país latinoamericano tiene su propia historia literaria, extremadamente rica y variada. Es inmensa la riqueza lingüística y léxica que hay en América. Y, en estos momentos, donde en España predomina sobre todo la llamada "poesía de la experiencia", algo que ha hecho empequeñecer considerablemente la creación literaria en este país, entiendo perfectamente que a los poetas latinoamericanos no les interese demasiado la poesía española contemporánea. Pienso, además, que muchas de las obras que se entienden como parte de la "poesía de la experiencia" no aguantarían ni un asalto en un análisis crítico serio. De hecho, a mí me parece mucho más interesante la poesía que se hace en latinoamérica en estos momentos que la que se hace en España. Veo más variedad de estilos, más libertad, más ilusión por crear formas nuevas, por jugar con el léxico, por trabajar en comunidad respetando las diferencias de cada uno, por buscar la profundidad sin ataduras ni prejuicios, siento más aire fresco y, por supuesto, menos ombliguismo.

-Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?

Los poetas que admiro en España están muertos. De la poesía actual española, lo que más me interesa es la obra de Angélica Liddell, Maite Dono, Clara Janés y Chantal Maillard. Por la libertad con la que exponen sus ideas, por su riqueza léxica y formal, por la profundidad, por la intensa emoción que siento al leerlas, por estar fuera de las modas literarias, por la trascendencia, por su valentía.

-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?

Me parecen muy interesantes, fundamentales, para evolucionar en el proceso personal de creación. De hecho, parte de mi obra recorre estas modalidades, tanto la metaescritura, como la poesía sonora, visual y performativa. Escribir palabras sobre un papel no siempre me ha resultado suficiente. De hecho, llegué al teatro, a la poesía escénica, precisamente, porque necesitaba dotar al poema de tres dimensiones, de vida. La experimentación te da siempre un más allá en toda creación. El legado de las vanguardias históricas es un regalo de técnicas y métodos de trabajo fundamental para adquirir mayor profundidad de campo. El surrealismo, por ejemplo, sigue siendo una fuente muy rica de conocimiento. Veo con asombro, cómo a muchos escritores jóvenes no les interesa entrar en esos mundos, guiados por los convencionalismos de la tradición realista española o similar, y se conforman con tocar la superficie de los sentimientos, cuando hay un mundo muchísimo más rico y profundo. Hoy existe mucha autocensura y miedo a llegar lejos, a traspasar los límites en la literatura, en el arte, en uno mismo. Muchos escritores prefieren quedar bien a escribir buenos libros. Es uno de los males de nuestro tiempo.

-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?

La mirada crítica es fundamental. Sin ella se escribe solo con la autocomplacencia y eso es terrible porque la autocomplacencia te hace cometer muchas tonterías. Creo que el escritor se hace de muchas maneras, pero sobre todo leyendo y ubicándose en las lecturas, midiéndose con ellas, estudiando en profundidad todo lo que llega a sus manos, sacando conclusiones, investigando, curioseando... Los escritores son grandes investigadores de todo. La profundidad y la madurez creativa dependen de ello. Hoy la crítica literaria es muy pobre. Antes tampoco es que fuera excelente. Es un mal endémico de España. Hay muchos intereses por medio. Yo no leo teniendo en cuenta la opinión de los críticos literarios, no suelo coincidir en gustos.

-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?

Yo creo que lo que ocurre ahora con internet es que se ha hecho más visible un fenómeno que es más normal de lo que parece. En otras épocas, los bocetos poéticos, los poemas recién escritos se guardaban, se releíanmuchísimas veces en diferentes momentos, en diferentes lugares, con todos los estados anímicos y soportes posibles, pasaba mucho tiempo, quizá se leían en algunos recitales públicos o a gente cercana y si resistían el paso del tiempo y había posibilidad, se publicaban. Ahora nada más escribirse se publican. Se publican, sí, en las redes sociales, en los blogs, en todos sitios. No hay paciencia, ni tiempo. Luego, los me gustas, los corazones, sirven de estímulo fuerte, de droga dura para seguir y ser más audaces, y publicar en la red social aún con más prisa para obtener más likes... y así. Claro, el problema es que ya no se distingue, ni siquiera los lectores (y menos los amigos), entre un boceto, un primer paso, de lo definitivo. Mucha gente notrabaja para lo definitivo, trabaja para lo provisional, para el like o para lo que surja después. Lo que se puede observar es que este modo de escribir abunda más que lo contrario y oculta la obra que tiene otras vocaciones, los lectores lo consumen igual. De este modo, la percepción de muchos lectores se ha vuelto más conformista, más simple y más tolerante que antes. Y gran parte de la crítica, también. En esta última década parece haberse perdido la profundidad de campo que teníamos en España. Sobre la pregunta que me haces, yo no soy nadie para decirle a alguien si es poeta o no. Yo no entrego carnets de poeta por ahí. Es algo que sinceramente no me interesa. Cada uno sabrá lo que es y lo que no es. La obra es lo importante para mí, ahí es donde uno se la juega de verdad. Porque cuanto más trabajas en esto, más te das cuenta de lo insignificante que eres, como ser humano, como creador, como todo.

-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?

Escribo y leo todos los días. Trabajo mucho. No tengo horario. Duermo poco.

-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?

Escribo a mano y en teclado. Los poemas suelen surgir con una imagen, con un sonido, con una palabra, con un color, con un gesto, con todo a la vez... Prefiero no ponerle límites. Luego, ya veremos.

-Si quieres puedes compartir un poema inédito.

El siguiente poema lo escribí entre Atenas y Tenerife. Fue publicado en aquella ciudad, en 2019, en la revista "Poiein.gr", y traducido al griego por Ifigenia Doumi. Nunca ha sido publicado en España ni en Latinoamérica.


POR LO QUE LUCHAMOS

Reconozco el silencio,

la voz intensa partida en dos,

el paisaje o las razones,

el deseo o el ojo,

el ojo de una Grecia devastada,

la de siempre.

A veces el sentido es lo de menos.

Solo la línea del horizonte,

el lenguaje de tus manos,

el mar, la silueta salvaje

y la nostalgia.

Por un instante, sentir el resultado,

la transliteración de un sentimiento,

el ocaso de los sentidos.

Digamos que los instantes son como pliegues de un paisaje.

Todo se rompe en Atenas o está a punto de romperse.

Cualquier cosa que nace,

cualquier cosa que sobrevive

acaba siendo condicionada por lo que la rodea.

Y todo sobrevive por algún motivo.

Y cuando algo se rompe, aquí dicen que habrá suerte.

La ciudad del caos sensible,

del anarquismo y de la utopía,

de la duda, la mutación y el deseo.

Reconozco el sonido,

la vibración de los pasos,

los pasos que subrayan la condición humana,

en un paraíso perdido,

en un paraíso.

Andar como si te fuera la vida en ello.

Perderme, ser derrotado por mis pasos.

Hundirme en el asfalto y mirar hacia arriba,

a los pájaros que silban desde la Acrópolis.

Sonreír al pasado es sonreír irónicamente al presente.

Y todo se detiene.

En el interior, también.

Quizá sea la confusión la que provoca el efecto.

Las condiciones quedan marcadas por el silencio,

por una búsqueda.

Permanecer en un mismo lugar ya no es una opción.

Una silla tiene muchas caras.

La soledad

y una silla que se mueve.

Cambiar de posición,

cambiar en el infinito no es cambiar,

es conmoverse,

es lastimarlo todo.

Y que alguien te pregunte por el tiempo que perdiste,

por tu inquietud...

Los lazos siempre se enredan.

La cartografía de los besos.

Lo que pudo ser.

La lejanía de uno mismo.

Cuentan que quien se adentra pierde siempre.

Distanciarse es acercarse.

Discernir es liberarse.

Amar es olvidar.

Amar porque sí,

por lo de siempre.

Un pedazo de mi tiempo.

Navegar por ahí,

por la bruma con noche al fondo.

Las decisiones,

las decisiones cambian.

Y se agotan.

Lo sé.

Lo sabes.

Creo que lo sabes.

Quien lee, escucha.

Quien escucha, lee.

Solo la ciencia de lo permeable puede inventar una utopía.

Solo inventar el sueño.

Caer repetidamente en el mismo sitio no es algo asombroso,

es natural, un hecho muy subjetivo,

un esquema de una caída mayor.

Echarte de menos

o alejarme

o sorprenderme.

Quizá pueda sentirte de verdad así.

Los días son largos

y quien cae siempre soy yo.

Me despido

y vuelvo a empezar.

Fumas en la madrugada.

Observas las estrellas,

las caídas libres,

el mosaico de una noche de carnaval.

Y te recuerdo apenas.

Tu cara se va borrando de mi memoria.

Y escribo para olvidar

porque quiero,

porque me olvido de lo que quiero.

Un ser capaz de,

un ser capaz de permanecer,

pese a la dificultad de ser arrollado por las palabras,

sometido a la libertad,

sin tregua.

Te amo sin que lo sepas.

Te amo por cada gesto,

por lo que luchamos.

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