Rodrigo Arriagada-Zubieta: “A mí no me interesa lo que digan los viejos de mis poemas: las revistas, las editoriales, todo el mundo de la industria literaria me han parecido desde muy joven de una falta de seriedad espantosa.”

01.05.2020

CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"

Por Vìctor Coral.


-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... ¿de tenerla, ¿cuál es la tuya?

Es muy diáfana en mi caso. Es en la escuela, a los 15 años, aburrido en medio de una clase de economía. Se trata del poema La voz de Baudelaire. Particularmente esos versos que dicen: Y dos voces me hablaban. Una, insidiosa y firme: «La Tierra es un pastel colmado de dulzura; Yo puedo (¡y tu placer jamás tendrá ya término!) Forjarte un apetito de una grandeza igual.» Y la otra: «¡Ven! ¡Oh ven! a viajar por los sueños, lejos de lo posible y de lo conocido. Creo que fue una llamada de atención respecto a que estaba creciendo en un mundo burgués, pero que al mismo tiempo podía hacer algo distinto con mi malestar intrínseco. Actualmente vivo en Toledo, España, creo que la voz me lleva hacia un territorio cada vez más lejano de todo lo que fue mi formación en Chile y lo posible es un pozo sin fondo en el que se puede caer gozosamente para siempre.

-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.

Desde los 18 años escribo libros, sin ningún interés en publicar. Extrañeza, que fue el primero en publicarse, tomó 7 años de escritura. Obviamente que en ese minuto no lo pensaba en términos de libro. Me interesaba más la fiesta y la noche, las chicas, que andar promoviendo mis poemas en un Chile donde el padrinazgo es el modo de entrar en un baile en que el ritmo lo llevan los viejos. Yo nunca hice nada de eso, a diferencia de la "generación" de poetas a la cual pertenezco etariamente, pero con la que no me identifico en absoluto. A mí no me interesa lo que digan los viejos de mis poemas: las revistas, las editoriales, todo el mundo de la industria literaria me ha parecido desde muy joven de una falta de seriedad espantosa. Publiqué mi primer libro porque lo leyó el poeta argentino Juan Arabia y me pareció que, si alguien así le veía un valor a mi escritura, entonces había que hacerlo. Yo estaba a punto de quemar todos mis poemas.

-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?

Absolutamente no. Nunca he participado en uno ni participaría. Es grosero escribir pensando que vas a ganar algo o a alguien. La poesía se trata de fracasar, de perder, pero en grande, atestiguando del mejor modo la derrota. Además, soy malo para hacer amigos. Y los premios se ganan con simpatía. A mí se me escapa el ceño fruncido. No puedo evitarlo.

-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?

No lo tengo claro. Pero todo lo que leo me suena a Ashberry, los beat, William Carlos Williams, Strand, Frost, y me huele a que los poetas se metieron con la prosa de Carver, Cheever, etc. Eliot y Pound fueron leídos por los poetas latinoamericanos de los 60, no veo nada de ellos en la mayoría de los actuales.

-Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?

Lamentablemente en estos últimos años se murieron todos los importantes: Parra, Bolaño, antes Lihn, y hace poco Armando Uribe. El último en hacer algo realmente importante fue Diego Maquieira con La Tirana y los Sea Harrier. Lo que pasa es que en Chile se sigue creyendo que debes llenarte de publicaciones para ser un gran poeta. Y por eso, hay algunos que no le dan el lugar merecido a Maquieira. Dicen, "es que dejó de escribir hace años", como si alguno de ellos tuviera algún logro meridianamente semejante al de esos dos libros de Diego. ¿Alguien en Chile ha pensando que Baudelaire, Rimbaud y Hart Crane no escribieron más de 3 libros y son enormes?

-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?

La metaescritura existe desde los trovadores medievales, si lo pensamos en términos de conciencia del oficio. En la modernidad, desde Poe y Baudelaire, y la forma de llevarla a cabo es a través de la crítica, es decir, debe haber escritura y además un momento de interpretación que produce una iluminación -como la pensó Walter Benjamin. Respecto de la poesía visual, creo que existe desde Simmias de Rodas en el 300 A.C. Luego está Mallarmé con su utilización del espacio en blanco, las vanguardias, y en Latinoamérica hay buenos intentos a mediados del siglo XX en Brasil. En Chile, particularmente, Guillermo Deisler fue un cultor interesante a quien casi nadie conoce. Luego está la Nueva Novela de Juan Luis Martínez y los poemas en el aire de Zurita. Pero no queda más que en eso, ¿sabes? A mí particularmente no me interesa ese tipo de exploración; cuando pienso en un poema que pueda acompañarme, leo un monólogo de Shakespeare. A mí me interesa la poesía tradicional, creo que eso es lo que recuerda la gente.

-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?

La mirada crítica es fundamental para reflexionar sobre el propio trabajo de escritura y sobre el del resto. Un poeta que no puede escribir crítica es modernamente un no-poeta.

-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?

Creo que hay demasiados escritores que leyeron muy poco. No diré qué es poesía y qué no, pero tengo la profunda impresión de que hay una falta de formación tremenda en algunos poetas que circulan en internet. Creo que sí se le puede decir a un potencial poeta que necesita más lecturas para lograr algo así como una escritura propia. Por otra parte, no se debe olvidar eso que los formalistas rusos identificaron como la "función poética del lenguaje", un tipo de extrañamiento o desvío de la norma, o un repliegue del lenguaje sobre sí mismo. Creo que la poesía va por ahí. Creo que todos los poetas sabemos cuando estamos en frente de un no- poema o de un mal poema. Lo que pasa es que hay una pereza u omisión respecto de citar a aquellos que reflexionaron históricamente sobre la naturaleza de un poema. Por otro lado, el imperativo "de lo políticamente correcto", eso de decir todo vale, hace un flaco favor en eso que dices. Pero fíjate que Homero ya escribía en algo llamado hexámetro dactílico, y que escogiese la cólera de Aquiles para hablar de la guerra de Troya ya da cuenta de un punto de vista, que lo distancia de un historiador. Entonces hay un modelo formal y un punto de vista. Eso dice mucho sobre qué es la poesía y qué no.

-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?

Vivo encerrado en mi habitación. Si existiera un mejor panorama que la poesía, créeme que lo practicaría. Por cierto, está la mujer, antes que todo eso, y escuchar a Echo and The Bunnymen, Bowie, Cocteau Twins, Depeche Mode y Bryan Ferry.

-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?

Los poemas surgen cuando camino -cosa que hago muy poco. Surgen de hablar solo, de algo que no deja de resonar en mi cabeza. Luego, llego a casa y apunto algo. Cuando tengo máxima energía, lo convierto en un poema. Generalmente, no tengo energía -tomo muchas píldoras para la ansiedad-, por eso sólo he publicado 3 libros, también por ética sobre el oficio. La irregularidad es lo mío. Creo que Baudelaire tuvo el mismo problema, pero al menos se sentaba en un café. Ahora los cafés son ruidosos y ni siquiera sirven buen café. 

vico - Blog crítico
Todos los derechos reservados 2019
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar