VALERIA MELCHIORRE: "Prefiero un tipo de indagación más arriesgada, los vínculos con otras prácticas; experimentar, de vez en cuando, una vuelta de tuerca con los ritmos. Me aburre el distrito poético a secas."

06.05.2020

CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"

Víctor Coral.



-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... ¿de tenerla, cuál es la tuya?

Si te referís a la imagen primera en lo que va de mi vida, me resulta difícil hacer una afirmación contundente puesto que mi experiencia con la poesía es casi tan larga como mi experiencia con el lenguaje. Conservo poemas que escribí a los seis años. Uno de ellos se llama "Desierto". Ese símbolo archi-remanido de la soledad sintetiza mis desvelos iniciales, ya que esa fue la emoción predominante durante mi infancia. Probablemente lo que denominamos sensibilidad artística devenga de esa intuición precoz, aunque en muchos de nosotros también haya habido un abandono real por parte del entorno. Por suerte fui encontrando innumerables oasis. Claro que la mayoría de ellos se presentan como ilusorios, o duran instantes. Las palabras son un resguardo menos precario o antojadizo: por versátiles que sean, están siempre a pedir de boca. Escribo para no necesitar nada más.

-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.

Mi primer libro, hoy absolutamente inhallable y del que rescataría algunos textos, comenzó con la lectura de una entrevista a Francis Bacon. A partir de allí, a la manera de una ekphrasis, me puse en la piel del propio Bacon o de las figuras que se (de)forman en sus cuadros. Se me fue armando una voz en diferido que incluye citas del pintor. No publiqué textos en muchas revistas. Del libro compré algunos ejemplares, en función del contrato previo. El resto se vendieron en la presentación, o yo misma los regalé.

-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?

Una sola vez participé de un concurso de poesía y me fue decididamente mal. De los textos que obtuvieron los primeros puestos me llevé una pésima impresión. Creo que no se puede generalizar. Admiro a poetas en lengua inglesa que han ganado concursos muy importantes, es decir que coincidiría allí con la valoración del jurado. Supongo que hay premios que legitiman; y otros que, a la inversa, despiertan sospechas respecto del resultado. Esto se irá modificando según el contexto sociopolítico también, obviamente. Hay una socióloga a la que admiro y cuyos análisis frecuento, Nathalie Heinich, que explica bien estos pormenores del campo cultural. Cuando lo que llamamos la carrera poética es cortoplacista, probablemente los premios tengan mucho que ver en la consagración. A largo plazo, hay otros modos del reconocimiento.

-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?

Creo que los poetas en español leen más poesía latinoamericana que poesía española. Y que autores como Pizarnik, Watanabe, Blanca Varela han tenido o tienen más lectores que otros poetas españoles de segunda mitad del siglo XX. Pero tampoco dudo de la gran difusión e influencia que tienen en la actualidad poetas contemporáneos en lengua inglesa; empezando por Plath o Ashbery, y siguiendo por nuestros coetáneos, Anne Carson, Kate Tempest, o Ben Lerner. Esto no es un juicio de valor o una expresión de mi gusto personal, es una comprobación; aunque en líneas generales lo considere bien merecido.

-Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?

¿Más importantes en término de incidencia en las generaciones posteriores, de sello o impronta, del establecimiento de cierto consenso de lo que es y no es poesía? Si es en ese sentido, Diana Bellessi y Arturo Carrera. Es muy corta la distancia histórica para hablar en otro sentido. En cuanto a mis motores personales, esas voces que me incitan a escribir y a explorar nuevos mundos, son de origen diverso y no se restringen de ningún modo a la poesía.

-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?

Las categoría estrechas no me interesan. Más bien debería revertir tu pregunta, y darte mi opinión respecto de la exclusión de dichas opciones: me cuesta apreciar la inteligencia o las virtudes de dicho posicionamiento. No acuerdo con el esquematismo ni con el purismo. Está muy de moda esa vertiente en el campo literario, especialmente en Argentina. Posiblemente se escriban desde ese lugar "buenos poemas", se afiancen cuestiones técnicas, se incida en la (re)construcción de un género, o en su resurgimiento en pleno siglo XXI. A veces me pregunto si ese apego tan férreo no esconde ciertas carencias. Pero lo mismo podrían pensar de mí quienes adviertan que no sé recitar de memoria poemas de Cernuda o de Vallejo. Simplemente, prefiero un tipo de indagación más arriesgada, los vínculos con otras prácticas; experimentar, de vez en cuando, una vuelta de tuerca con los ritmos. Me aburre el distrito poético a secas.

-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?

La mirada crítica no tiene tanto peso, básicamente porque las vías de legitimación han variado. La aparición de internet y de las redes ha opacado las lecturas más avezadas, aquellas que provienen de fuentes autorizadas. En los mejores de los casos, el lector ingenuo ha suplantado al lector especializado. En los peores, la obra y su fuerza se ven invisibilizadas por la "dimensión autor" en su versión Facebook o Instagram. Estamos en épocas eficazmente proclives a la publicidad lograda por medios que no son la escritura. La participación en polémicas, la militancia, la imagen de la vida privada que compartimos, todas esas operaciones son muy distractivas.

-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?

Jamás le diría a alguien que no es poeta y hasta me gusta la mezcla de calidades y de estilos en esta superficie común que es la de la pantalla. La "justicia poética" puede esperar; y tomarse demasiado en serio es de mediocre o de inseguro -qué tajante esta aseveración, ¿verdad? Sin embargo, a la hora de elegir lecturas, soy exigente. Y también lo soy cuando doy recomendaciones o consejos. En mis devoluciones evito la franqueza extrema y ensayo con frecuencia el pecado de la mentira piadosa.

-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?

Casi a diario me siento a leer o a escribir, por breve que sea ese momento. Cuando la inspiración llega, es de a ráfagas: suelo anotar sus dictados en la sección notas de mi teléfono celular.

-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?

Escribo en la computadora. Hay una constante en mi "método compositivo", por evocarlo con la tonalidad de Poe: está el nacimiento de la visión, su brote; y de ahí sus sucesivas inflexiones, variaciones sobre el núcleo primordial. Es muy raro que escriba poemas sueltos. Siempre lo hago en serie.

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