Zoila Capristán: “La poesía es como un río que fluye; encasillarla, sujetarla, manipularla, someterla, la merma. Todo lo anquilosado hay que derribarlo.”
CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"
Por Víctor Coral.
-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... ¿de tenerla, cuál es la tuya?
Es tarde, luz dorada bajo un árbol de espino, tengo 6 a 7 años, abro un libro de Antología Poética, allí está, el lobo que se acurruca en mi falda, el lobo dócil que pienso nunca voy a apedrear cuando crezca. Rubén Darió extiende su palabra, instala la primera visión de la poesía. Los Motivos del Lobo, es el primer poema que recuerdo haber escuchado y leído. Ha calado tan profundo que es mi poema fundamental.
-Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro. Publicaste poemas en revistas previamente, cómo lo financiaste.
Antes de la publicación de mi primer libro presentamos una Plaqueta multiautoral con los poetas Eduardo Borjas, Edgar Vásquez, Richard Varela y otros poetas más. Bajo Cero es el título del libro que escribí en el transcurso de varios años. Antes de su publicación estuve trabajando en una institución pública; en ir y venir me tomaba 11 horas, en ese tiempo llegaba a mi casa exhausta era un trabajo donde exigía la máxima dedicación y concentración, esto no me permitía leer ni escribir, solo ganar una buena cantidad de dinero. Un día decidí renunciar, en aras de mi salud psíquica y de la poesía. Trabajando pude obtener una cantidad de ahorros, con parte de ese dinero autofinancie mi publicación.
-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?
Creo que los concursos son positivos como apoyo económico, permiten invertir en libros y dar un respiro al poeta. Por otro lado, todo concurso pasa por el tamiz de un jurado, que en su mayoría, son como los Sumos Pontificios, que ESTABLECEN su propio "dogma" de cómo se "debe escribir y que tema se debe escribir". Es por esto, pienso, que el jurado debe ser constantemente removido, que no se estanque, que convoquen a otros con otra mirada, otro gusto estético. La poesía es como un río que fluye; encasillarla, sujetarla, manipularla, someterla, la merma. Todo lo anquilosado hay que derribarlo. El vértigo poético de quien escribe libre de lo establecido, el vuelo inalcanzable, que se siente al leer una poesía de esta magnitud, se rescata y aprecia en inusitadas lecturas, su creación, imaginación, sensibilidad , estética, perspectiva y arte.
-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?
Mis influencias actuales, se remiten a voces lejanas de los poetas que leí de niña. Rubén Darío es uno de ellos.
-Cuáles son los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?
Leoncio Bueno que ya pasa por los 100 abriles, poeta anarquista cuya creación es obra y gracia de su "Rebuzno Propio", como suele decir él. En la editorial Vagón Azul Editores, en el año 2013, le hicimos un documental sobre su vida y obra titulado Leoncio Bueno Entre el Fusil y las Rosas. A quienes les guste la poesía y el cine pueden apreciarlo en este link https://www.youtube.com/watch?v=KDXxr7EI1_Q . Y otro poeta vital e imprescindible es José María Gahona; los dos son poetas de la contracultura.
-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?
La crítica siempre será importante en la socialité artística por llamarlo de algún modo. Mas no determina la calidad de un escritor, muchas veces sucede que descubres a un brillante escritor y te preguntas: ¿ Y por qué no está en una crítica literaria? ¿Por qué no fue antologado? ¿Por qué lo mandan al ostracismo? Me sucedió esto cuando por primera vez leí un poema de L. Bueno.
-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?
Leer es una actividad cotidiana. Respecto a la escritura; tengo escritos tres libros de poesía, en este tiempo más que escribir estoy corrigiendo que es la tarea aún más larga. Si quieres entregar a tus lectores un buen libro habrá que revisar y corregir bastante. Y eso toma años.
-Si quieres puedes compartir un poema inédito.
https://zoilacapristan-poesia.blogspot.com/
EN LA CALLE 66
La muchacha olfatea una flor
que encontró en la calle 66
y extiende su mirada
como una partida naipes
La flor suelta su aroma
por toda la calle 66
y lo guía como una niña
al encuentro de fuegos artificiales
Y se adentra sin darse cuenta
en la espesura de un bosque
tardío y oscuro
extiende los brazos
y ve su sombra
quebrarse en el tallo de un árbol
Y sus pasos se pierden
el bosque sombrío la domina
bocanadas de aire contienen azufre
el pantano la huzmea.
"Ese ansiado olor del torrente de su sangre
de la piel y del espíritu".
A medianoche las tinieblas asolan el bosque, sombras de niños escarban la tierra, hacen hoyos desgarrándose las uñas. Los árboles sacuden sus raíces y brotan cráneos enterrados a 6 centímetros, uno al lado de otro, como racimos de uva.
Por ir a él
Su cuerpo es una ciudad derruida
Subsisten esquirlas en sus muslos
Solo una parte de su corazón naufragó
Mitad es habitada por murciélagos
En la otra parte sobreviven pájaros de fantásticos cantos.
Por ir a él
Tendía cables de acero en los rascacielos
Hacía de equilibrista y retaba a los vientos
Cruzaba con los ojos vendados los puentes colgantes
-El violín del abuelo ya extendió sus cuerdas para musicalizar el recorrido de nuestros cuerpos, por todos mis cielos, por todos tus infiernos, anda amor el lecho no es de hielo.
-Debo ir-
Él es dueño del atardecer del jardín espinado
El controla las emboscadas de mis enemigos
Contiene la ira de los perseguidores
El domina la ciudad
De su presencia huye la tormenta
-Debo ir, ahora que aún tengo un hilo de cordura, después, cuando anochezca las cosas perderán sentido, como pluma atraída por la gravedad descenderé a dormir con los cadáveres del Talalán. Debo ir, ahora que planeo humedecer con sangre las calles, hoy que el viento hace girar el sentido de las bestias hacia mí.
EL HOMBRE MÁS BELLO DEL MUNDO
El hombre más bello del mundo
vestía túnica negra
su pecho tenia incrustado un escudo de oro
cabellos lacios y largos.
Su torso
tatuado de dragones
su sandalia de plata
el viento ondeaba hermosamente su cuerpo
Sus ojos rasgados
miraban el ocaso de mar
yo lo miraba oculta
deslumbrada tras un rosal.
Su aura, un puñal destellando al sol
su piel, bordes de filosos cuchillos.
cuando giraba las manos
hacia silbar a la brisa en su bravura
Cuando el hombre más bello del mundo
decidió irse, mostro en su espalda
la katana de acero forjada en un volcán
que al aire hizo sangrar.
Me dije: A qué Yakuza pertenecerá
el hombre más bello del mundo.
Ritual de Misa Negra
En el borde del puente Rojo
discurren aguas negras
se levantan furiosas ante mi presencia
piedra sobre piedra truenan contra la corriente
-Yo descifro su mensaje desde el vientre.
La de cabellos enmarañados dice que el Puente Rojo nunca existió
- Sólo lo soñaste.
afirma una hermana
adiestrada en el vicio de la manipulación.
Los que cuentan historias alrededor de un candil de kerosen
dicen que una noche en los años 80
después que llovió tres días seguidos
en las alturas de Contumazá
el agua se juntó en riachuelos sulfurosos
para hacerse la brava quebrada.
la lluvia descascaró los cerros
y descendió un fuerte huayco
que venció al hierro del Puente Rojo
y cayeron como flecos sus maderos
como la tempestad, que sin razón
arranca los pétalos de las flores.
-Yo no les creo, recién anoche cuando los búhos tupían su canto, atravesé el puente rojo, vi caminar a Inés, ella dijo -me bañaré en el rio ahora que la luna alumbra como si fuera de día. Aurelio, iba silbando a casa para cenar con su madre. Al terminar el puente no bajé las gradas por donde iban ellos. Desvié el camino hacia el campo para ir a ver a las gitanas, aquellas que yo dejaba robar mercancías de la tienda. Las busqué en la carpa celeste y les extendí la palma de mis manos. Ellas con gestos de horror se negaron a leer mi suerte.
He vuelvo a caminar sin zapatos por los bordes astillados del puente rojo
todos los versos no escritos resuenan vacíos en mis oídos
ya no son la tabla de salvación
perdieron la luz que me encendían
las personas y las cosas
carecen de espíritu
son inútiles como mi poesía
Estoy cubierta de lluvia y miedo. Empapada y estremecida espero que el puente rojo se astille. Como un ritual de misa negra, caer en picada con este poema.